Carlos V e Filipe II
A Armaria Real e o retrato de corte juntam-se em El arte del poder, uma exposição indispensável para compreender a relação da pintura com a armaria na época áurea da História de Espanha. Por aí passam obras de artistas como Rubens, Ticiano ou Velázquez. E de outros igualmente talentosos, mas de que pouco ouvimos falar, como os armeiros Helmschmid, Negroli e Grosschedel. Os portugueses que escolherem Madrid para passar esta Páscoa podem vê-la no Museu do Prado. Por Sérgio C. Andrade, em Madrid
- Passeio do Prado
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El arte del poder. La Real Armería y el retrato de corte
Copyright © 2010 Museo Nacional del Prado..
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Estructurada en una introducción y cuatro secciones monográficas – El retrato de corte y las armerías de Carlos V y Felipe II, La ausencia de retratos armados en la segunda mitad del siglo XVI y su recuperación con Felipe III príncipe, La Real Armería en la pintura de corte del siglo XVII y El retrato borbónico en armadura: la tradición francesa y española-, la exposición muestra una amplia panorámica de los matices que ofrece la relación entre las armaduras y las pinturas. Junto a las 35 pinturas y 31 piezas de la armería real que constituyen el eje de la muestra, se exhiben un tapiz, medallas y esculturas que enriquecen las conexiones entre ambos conjuntos.
- Felipe II, Leone Leoni. Bronce, 171 x 72 x 46 cm. 1551 – 1553. Madrid, Museo Nacional del Prado.Esta primera sección analiza la influencia de las armerías del emperador Carlos V y de Felipe II siendo príncipe en el retrato de corte. Aproxima al visitante al desarrollo y esplendor del retrato armado vinculado a la imagen triunfante de los monarcas en sus victoriosas batallas y en sus gloriosos viajes a Italia y Alemania. Armaduras como la que vistió Carlos V en la batalla de Mühlberg –elaborada en 1544 por Desiderius Helmschmid- junto al imponente retrato del emperador que conmemora esta victoria o la de la Cruz de Borgoña que lució Felipe II durante la Batalla de San Quintín –realizada por Wolfgang Grosschedel- y su reflejo en la obra de Antonio Moro son testimonio del importante valor simbólico de estas piezas..La segunda de las secciones plantea el cambio de actitud de Felipe II hacia la imagen armada proyectada hasta entonces. El gusto del rey se inclinará por la imagen clásica a la romana de connotaciones heroicas o por el vestido de corte excepto en las composiciones relacionadas con la batalla de Lepanto. Estos conceptos se ilustran con los Juegos de parada de Felipe II, una armadura de parada en paralelo a la escultura de Leone Leoni y la Celada de Alí Bajá, trofeo de la batalla de Lepanto junto a la obra de Tiziano encargada con motivo de esta victoria..Tras el cese de la comisión de armaduras para el servicio real durante gran parte del reinado de Felipe II, la incertidumbre causada por la incógnita de la supervivencia de Felipe III como último posible heredero en la sucesión dinástica provocará el renacimiento de este género reflejado en una serie de retratos armados asociados a su jura como Príncipe de Asturias como se refleja en las obras de Pantoja de la Cruz y Justus Tiel junto a las armaduras infantiles de Lucio Marliani y Pompeo Della Cesa. Esta tradición se mantendrá durante el reinado de Felipe IV en obras como Retrato de Felipe IV junto a dos servidores de Gaspar de Crayer donde es representado con la armadura de parada enviada en 1626 por Isabel Clara Eugenia.Copyright © 2010
La tercera sección, bajo el título La Real Armería en la pintura de corte del siglo XVII, muestra las diferentes fases por las que transcurre la relación entre los fondos de la colección de La Real Armería y el retrato cortesano, desde su estrecha vinculación a la imagen del poder real hasta su uso como un mero repertorio aplicable a diversos tipos de pinturas desde el segundo tercio del siglo XVII. Durante este período, las armas y su imagen transmitida por Carlos V y Felipe II siguen siendo fuente de inspiración para algunos retratos reales –Felipe II a caballo de Rubens o Carlos II con armadura de Carreño de Miranda- , pero también estas armas son recurrentes como colección abierta a las necesidades de la corte para los retratos de nobles como los del Conde de Benavente de Velázquez y del II Marqués de Santa Cruz en el Socorro de Génova de Pereda, obra recientemente restaurada, o el del Conde Duque de Olivares en la Recuperación de la Bahía de Todos los Santos de Maíno. En ellos aparecen posando con las armaduras del “Felicísimo Viaje”, y con el estoque de ceremonia de los Reyes Católicos.Copyright © 2010 Museo Nacional del Prado. - Para finalizar, el recorrido aborda la llegada de Felipe V, monarca que aunó el gusto francés del retrato armado y la tradición española de los Austrias. El ejemplo más descriptivo de esta fusión artística se ofrece en su retrato anónimo como un joven recién llegado vistiendo la armadura de Felipe II, ya representada por Tiziano. En esta sección se exponen también los retratos de Fernando VI, parcialmente armado, de Jean Ranc y el de Carlos III de Mengs, último ejemplo de un monarca español en armadura, que cierra la exposición.Copyright © 2010
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El Arte del poder es una excepcional ocasión para poder contemplar juntas por primera vez una parte muy representativa de las obras del Museo del Prado y de la colección de armaduras de Patrimonio Nacional. Se trata de un proyecto expositivo inédito en el que se establece una comparación directa entre los retratos de corte pintados por los grandes maestros, como Tiziano y Rubens, y las piezas de armadura que vestían los monarcas para simbolizar su imagen de poder en el momento de máximo esplendor de la Corona española. Treinta y cinco pinturas se enfrentan a veintisiete piezas y conjuntos de la Real Armería de Madrid -considerada, junto con la imperial de Viena, la mejor colección del mundo-, para narrar la evolución y el impacto que tuvo el retrato de corte entre los siglos XVI y XVIII. Cabe destacar la exhibición conjunta de Carlos V, a caballo en Mühlberg de Tiziano junto a la impresionante armadura ecuestre del emperador, auténtica obra maestra realizada por Desiderius Helmschmid, uno de los armeros más importantes del siglo XVI. La exposición de pinturas junto a este tipo de piezas, de gran tamaño, ha hecho necesario establecer un sistema especial de acceso con el fin de garantizar un aforo máximo regular durante todo el horario da apertura. Por este motivo, todas las entradas se expedirán con hora de acceso establecida, lo que hace recomendable su compra anticipada para poder seleccionar la fecha y hora de acceso más conveniente a cada visitante..Partiendo de la muestra presentada en la National Gallery of Art de Washington el pasado año, la exposición El Arte del Poder se presenta en el Museo del Prado con un proyecto más completo que gira en torno al verdadero significado de las piezas de armería y su representación en la pintura explorando expositivamente un tema inédito, tratado únicamente hasta ahora de forma accesoria en algunos estudios relacionados con la historia del retrato.- Izda. Celada de la armadura de Mühlberg, Desiderius Hermschmid. Acero grabado, repujado y dorado. Augsburgo 1544. Madrid, Patrimonio Nacional, Real Armería. Dcha. Carlos V en armadura, Juan Pantoja de la Cruz según Tiziano, Óleo sobre lienzo, 181,5 x 96 cm. 1608. El Escorial, Patrimonio Nacional, Real Monasterio de San Lorenzo.
Desde principios del siglo XVI hasta finales del XVIII ningún elemento formaba parte tan relevante de las características esenciales de la imagen del gobernante europeo como la armadura. Monarcas, emperadores, príncipes y nobles se hicieron retratar con ella conscientes de su simbólica asociación al poder. El arte del poder. La Real Armería y el retrato de corte incide precisamente en el papel trascendente de la Armería como colección de referencia en el desarrollo del género del retrato armado para mostrar la fortuna de la dinastía y su poder dominante en Europa..La muestra recoge una cuidada selección de piezas forjadas por los armeros más relevantes del Renacimiento como los hermanos Negroli, la familia Helmschmid o Wolfgang Grosschedel, junto a esculturas del taller de Leone y Pompeo Leoni, un tapiz procedente de Patrimonio Nacional, que incluye un retrato armado de Carlos V, y obras de los más importantes pintores del momento como Tiziano , Rubens y Velázquez, procedentes del Museo del Prado y otras instituciones nacionales e internacionales, estableciendo entre ellas una profunda relación en la expresión de la representación del poder y la ideología de los monarcas españoles...
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- Num. de catálogo
- P00410
- Autor
- Tiziano, Vecellio di Gregorio
- Título
- El emperador Carlos V, a caballo, en Mühlberg
- Cronología
- 1548
- Técnica
- Óleo
- Soporte
- Lienzo
- Medidas
- 335 cm x 283 cm
- Escuela
- Italiana
- Tema
- Paisaje
- Expuesto
- Si
- Procedencia
- Colección Real
Retrato ecuestre del emperador Carlos V (1500-1558) conmemorativo de la victoria en Mühlberg de las tropas imperiales sobre las protestantes. La aparente sencillez de la composición esconde una compleja simbología que muestra al Monarca en su doble condición de caballero cristiano y heredero de la tradición imperial romana. Ejemplo de ello es la lanza que sostiene el Emperador con su mano derecha y que siendo el símbolo del poder de los césares, también hace referencia al arma de San Jorge y a la lanza que portaba Longinos durante la Pasión de Cristo (soldado romano que clavó su lanza en el costado de Cristo y que a continuación se convirtió al cristianismo).
Los antecedentes formales de la composición se han citado en la estatua ecuestre romana del emperador Marco Aurelio (121-180), en diversos modelos de los grabados de Alberto Durero, como El caballero y la muerte, y de Hans Burgkmain.
La armadura del Emperador se conserva en la Armería Real del Palacio Real de Madrid.
La obra fue realizada para María de Hungría y se convirtió en la imagen dinástica por excelencia de la Casa de Austria. Ingresó en las colecciones del Museo del Prado en 1827.
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